El concurso pedía que no se tocara la estructura existente.
Había que intervenir, sin intervenir.
Debía modificarse el espacio, casi sin estar allí, haciendo nada.
Por lo que se plantéo una gran tela de araña. Que estaba, sin estarlo.
De frente, debía casi desaparecer, desde arriba, debía aparecer como una forma de uso.
La escalera principal, dividida en dos pequeñas, no permite un flujo y una continuidad. Se plantéo una escalera central, colgada como una tela de arñaña. Eso fué todo.
Casi sin intervenir.
